– Usted cumple muy bien aquello de ‘salir de la zona de confort’, no obstante, cambió la empresa familiar Grupo Cuñado (donde era vicepresidenta) especializada en suministro de tuberías, para convertirse en empresaria hotelera y fundar el grupo Kaizen. ¿Cuáles fueron sus principales motivaciones para dar este giro en su vida?

– Yo venía de una empresa familiar y sucedió algo que le ocurre a muchas empresas de este tipo, había problemas entre mi hermano y yo. Al fallecer mi padre, no había sitio para los dos en la empresa. Nos llevábamos mal y trabajar juntos fue una pesadilla, por lo que, a los dos años, vendí mis participaciones de la empresa y me fui. Esto parece un tema tabú, pero es algo que ocurre en un porcentaje muy alto de empresas.

Por todo ello, la decisión fue impuesta y fue uno de los peores momentos de mi vida, porque me vi obligada a salir de la empresa que adoraba y donde había conseguido respeto profesional en un sector muy masculino. Y te encuentras con 55 años fuera de la empresa donde no te habías planteado no estar, de una manera muy desagradable y con mucha gente que te falla. Estaba fuera del mercado, con toda la experiencia que tenía. No sabía lo que iba a hacer, pero sí que no iba a seguir en el mismo sector. El consejo general que me daban es que no hiciera nada –pero para mi el trabajo es tu identidad– y que viviera la vida, que fuera al gimnasio o hiciera cursos de cocina… Todos los planes eran espantosos. Pasaron seis meses hasta que empecé a levantar cabeza, porque llegué a no ser yo…

Exterior del Hotel La Malvasía, en El Rocío.

Hasta entonces, yo había vivido normalmente en Madrid. Mi marido es de Jerez y vivía en El Puerto de Santa María y me animó a venir a vivir a Andalucía. Fue buscando una casa en Jerez cuando vimos el antiguo casino jerezano, que era muy grande para ser una casa y entonces pensé en comprarlo para hotel. A mi siempre me ha gustado mucho recibir, tengo fama de buena anfitriona. Y me planteé recibir a mis huéspedes en el hotel igual que hago en mi casa, con mucho detalle de Gran Lujo. Y así nació Casa Palacio María Luisa y surgió la aventura hotelera, con el objetivo principal de obtener la satisfacción del cliente, que sienta que ha merecido la pena alojarse en ese hotel, además de la rentabilidad, por supuesto. He viajado mucho por el mundo y he conocido bastantes hoteles (especialmente en Asia o en África) donde he experimentado esa buena sensación, son hoteles que se te quedan grabados por los espacios, por el trato recibido… En este tipo de hoteles, tienes que estar muy encima, no estandarizar nada.

Bajo el Grupo Kaizen y en menos de seis años, va a conseguir abrir tres hoteles en tres provincias andaluzas, uno de ellos en plena pandemia. ¿Cómo será su última novedad, el Hotel Don Ramón Casa Palacio Sevilla? 

Casa Palacio María Luisa.

– Somos muy rocieros, llevamos unos 18 años yendo al Rocío y al igual que en Jerez, queríamos comprar algo en la aldea. Así, adquirimos el hotel de 16 habitaciones que había sido propiedad Juan Antonio Roca y estaba en subasta. Así surgió el Hotel La Malvasía. Por cierto, que cada vez que me hospedo en este hotel o en cualquier otro de mis alojamientos lo pago, tanto si es para mi como para mis invitados. Un negocio es un negocio.

Con respecto al Hotel Don Ramón Casa Palacio de Sevilla, siempre he sido una enamorada de esta ciudad. Tengo muy buenos amigos aquí. Sevilla es preciosa como ciudad. En Madrid hay de todo, pero tienes que ir a ello. En esta ciudad, la vida te entra en casa. La Semana Santa te pasa por delante, al igual que la feria. Es apasionante porque vives más.

Surgió la oportunidad de comprar el edificio de la antigua sede de la Cámara Agraria, en el nº 2 de la calle Trajano, para abrir el hotel 5 estrellas Gran Lujo Don Ramón Casa Palacio. El lujo empieza por donde no se ve. El edificio cuenta con dos patios. Lo hemos destruido entero para meterle las tripas del siglo XXI (eficiencia energética, aire y calefacción de última generación, aerotermia…). Son sistemas más eficientes que suponen una inversión mayor, pero que son más baratos para mantener.

Yo creo en la restauración a origen, es decir, tal y como fue al principio. Para que todos vean en su esplendor una obra. Lo mismo para una balaustrada, una montera o unos pilares. Cualquier patrimonio bueno lo restauro a origen y lo incluyo en la casa de nuevo. Ya lo hice en la casa de Jerez, cogí escayolas de los salones y les hice copia para que no se perdieran. Restauro todo el patrimonio que hay y lo que no hay, lo aporto y vuelve a dar a la casa ese valor por unos 200 años más. Ahora se cuida mucho más el patrimonio que antes. Y así permanece. Para mi es importante esa inversión. Ya no se puede destrozar tanto. Posteriormente, añadimos el estilo contemporáneo (camas impresionantes, los mejores tejidos y muebles…) de manos de la diseñadora Alejandra Pombo y su equipo, los mismos que han trabajado en el Hotel Casa Palacio María Luisa y en el Hotel La Malvasía. La calidad está presente en todo, pero el confort es fundamental si se quiere el Gran Lujo de verdad.

Hotel Don Ramón Casa Palacio Sevilla.

La figura de Don Ramón es un personaje ficticio de finales del siglo XVII, un señor de Triana que marchó a América a hacer fortuna, pero que nunca se quitó de la cabeza volver a Sevilla y tener una casa en el centro de la ciudad. A pesar de que le fue muy bien en América, volvió a cumplir su sueño en esta casa de dos patios donde ve pasar la vida y la comparte con sus amigos. Es una casa señorial, con el suelo de chinitas, vigas de madera y azulejos.

La inversión del proyecto es muy importante, porque añadimos toda la tecnología del siglo XXI, habitaciones insonorizadas, aislantes acústicos y térmicos, sistemas anti humedad, que proporcionan calidez, silencio y esa sensación de paz y tranquilidad. En definitiva, un conjunto de tecnologías que proporcionan esa comodidad. Don Ramón ha supuesto una inversión de 12 millones y supondrá la creación de cerca de 40 puestos de trabajo. Lo inauguraremos en Semana Santa.

– A excepción del Hotel La Malvasía del Rocío, que es de cuatro estrellas, sus otros dos hoteles son de cinco estrellas Gran Lujo. El grupo se está enfocando en este segmento donde habitualmente Marbella es referente en Andalucía. ¿Puede Sevilla o Andalucía Occidental competir en este área?

– Sin lugar a dudas, absolutamente. Para El Rocío, el Hotel La Malvasía de 4 estrellas, es un 5 estrellas. Nos enfocamos en el nivel más alto de turismo que existe. Por otro lado, me asombro de lo desconocida que es Cádiz y Huelva teniendo lo que tienen. Cádiz es una provincia que me encanta, tiene las playas mejores de España, la sierra es un espectáculo, sus festividades (cabalgata, carnaval, Semana Santa, feria de Jerez, vendimia…). Cádiz tiene tres cosas en la que es el número uno en el mundo: caballo, vino y flamenco, además de contar con aeropuerto, circuito de velocidad, una temperatura bestial, campos de golf… A mi me gusta hacer hoteles en sitios que están un poco fuera de ruta, pero que tienen el sabor puro, el encanto, la personalidad, la fuerza… sitios que no están tan descubiertos o maleados.

En el caso de Huelva, El Rocío es un sitio único en España, en Europa. Está rodeado de naturaleza, del mejor parque nacional de España, la gente va a caballo, se hacen circuitos con guías por Doñana… La gente que ha viajado mucho, cuando le enseñas un sitio que realmente le parece interesante, con un hotel maravilloso, es lo que buscan, lo que vendes es felicidad, son experiencias… Que cuente. Y lo sé porque yo he vivido esas experiencias y sé lo que busco para los demás. Al final, la vida realmente es lo que te llevas, son recuerdos…

– Con la apertura de Don Ramón, el grupo tendrá representación geográfica en toda Andalucía Occidental. ¿Prevén nuevas aperturas o adquisiciones (no obstante, el Covid está propiciando muchas operaciones de compra-venta de hoteles)? ¿Por qué zona se decantaría, Andalucía Oriental o fuera de la región? ¿Cuántas plazas hoteleras suman con la apertura del tercer hotel?

– Empecé con María Luisa, después La Malvasía y ahora Don Ramón. La vida me ha ido llevando por donde ha querido. Empecé comprando el hotel de Jerez con 21 habitaciones y mi objetivo ahora es llegar a 40 habitaciones –más no, porque entonces no existe exclusividad, pero 40 es un número suficiente para obtener la rentabilidad que necesitamos–. Ahora mismo, estamos ampliando La Malvasía –teníamos 16 habitaciones y ampliaremos hasta 38–; y Don Ramón tenía 27 y llegará a 40.

Dicho esto, sí que hay otras ciudades que me gustan bastante para crecer, por ejemplo Málaga, que se está convirtiendo en un centro bastante importante de arte con sus museos o sus grafitis en las calles. Desde Grupo Kaizen apoyamos el arte y cualquier tema artístico o cultural (pintura, orfebrería, imaginería)… Personalmente, me gusta mucho el arte contemporáneo.

Casa Palacio María Luisa.

– El compromiso del sector hotelero ha quedado más que demostrado con el Covid manteniendo sus inversiones y sus aperturas durante toda la pandemia. ¿Qué exige el sector a nivel público o privado para el desarrollo con éxito del sector turístico en Andalucía?

– El sector invierte dinero y aporta; fomenta que se haga más cultura y más arte. Desde lo público hablan mucho del apoyo al sector hotelero, pero después nada. Tengo experiencias con subvenciones en las que te exigen que cumplas una serie de cosas y luego, a la hora de dártela, te lo miran, remiran, buscan los tres pies al gato… Te tiras tres o cuatro años para recibir luego la mitad del dinero. Y yo he cumplido con creces, invirtiendo y creando empleo, incluso más de lo que me había comprometido al principio. Que lo público no diga que apoya al sector, porque racanean. Don Ramón no ha tenido ninguna subvención… Entonces, ¿dónde está ese apoyo al turismo? Es mentira. ¿Qué necesitamos? Apoyo real. Lo hemos pasado muy mal, no ha ganado dinero nadie… Estamos devolviendo dinero a Europa, porque no se está invirtiendo bien. Deberían penalizar por devolver los fondos… Pero es que si los gastas tienes que dar explicaciones, entonces lo que reina es el lema ‘no hago nada no vaya a ser que luego me digan’. Yo estoy educada en Estados Unidos (10 años allí) donde manda la iniciativa privada y donde lo público apoya y ayuda.

– ¿Cuál es la diferenciación de los de los hoteles del grupo Kaizen?

– Son gran lujo de verdad y el lujo empieza desde lo que no se ve, que está dentro de los techos y paredes, hasta lo que se escucha o no se escucha, pasando por el olfato. Lo realmente importante es el recuerdo, que el hotel te haga sentir como un rey. En nuestros hoteles la combinación entre una arquitectura impecable y una tecnología del siglo XXI es fundamental. Al igual que la localización –en todo el centro– y el patrimonio que estás disfrutando de un sitio artísticamente excelente. Y luego los detalles y servicios.

Hotel La Malvasía.

La excelencia es gran lujo en el servicio, es calidad, es fomentar el arte y el patrimonio, algo que es necesario. Hay que buscar la excelencia en todo. Kaizen es una palabra japonesa cuya raíz ‘kai’ significa cambio, pero para mejor, para el bienestar. Yo vine de un mercado industrial y de una forma de trabajar que al final ha sido un ‘kaizen’, un cambio para bien. Es un cambio beneficioso que a mi me ha pasado en mi vida. No hay que tener miedo al cambio, pero siempre a mejor, no cambiar por cambiar. Esa es nuestra filosofía.

– ¿Cómo son o serán los hoteles del futuro?
– En los hoteles manda mucho el huésped y por ello, los establecimientos hoteleros se tienen que adaptar a los gustos de la época. Los hoteles del presente irán incorporando todas las tecnologías (eléctrica, domótica, telecomunicaciones…), porque dan mayor eficiencia y sostenibilidad. Y deben buscar la excelencia. Cada vez los hoteles están mejorando. Cada hotel cubre una serie de necesidades, no hay hoteles mejores o peores. Mi nicho de mercado es uno: el lujo.

– Como empresaria, ¿qué opinión le merece las políticas de igualdad en las empresas?
– No entiendo mucho la lucha feminista. La entendí cuando no teníamos los mismos derechos. A partir de ahí, en mi opinión, la lucha es más social. Para mi leyes como la de los cupos son ofensivas, porque obligan a las empresas a coger mujeres y eso es chantaje. A mi me da igual el sexo o el color de mis trabajadores, siempre que sean eficientes, comprometidos y resolutivos. Gente que no falle, que ayude a sacar adelante la empresa, porque la empresa es de todos, no solo del empresario.

«Kaizen es una palabra japonesa cuya raíz ‘kai’ significa cambio, pero para mejor, para el bienestar. Yo vine de un mercado industrial y de una forma de trabajar que al final ha sido un ‘kaizen’, un cambio para bien»

Marisa C. de Azcárate
Madrileña de nacimiento, aunque jerezana de adopción, Marisa C. de Azcárate funda el grupo Kaizen Hoteles en 2016, con dos establecimientos hoteleros singulares y que se sitúan en el top del lujo hotelero andaluz: Su primer proyecto en Andalucía fue la La Malvasía situado en la aldea del Rocío – un singular y exclusivo hotel de 4 estrellas ubicado en el entorno onubense- y posteriormente Casa Palacio Maria Luisa el primer cinco estrellas Gran Lujo de la ciudad jerezana. Próximamente, abrirá Don Ramón en Sevilla, 5 estrellas gran lujo.

Marisa estudió Ciencias Empresariales y amplió su formación en Estados Unidos donde estudió un MBA en Boston. Su formación también incluye el Programa de Alta Dirección (PADE A) del IESE. Antes de independizarse fue consejera y vicepresidenta de la empresa familiar Grupo Cuñado, un holding de 21 empresas, fundado en 1963, dedicado al suministro de tubos, válvulas, accesorios y misceláneos para cualquier tipo de industria. Tras el fallecimiento de su padre, se independiza y decide acometer en solitario una nueva etapa creando Kaizen Hoteles.

Admiradora de personajes tan singulares así como alejados en el tiempo, destaca a Leonardo Da Vinci o al fundador del grupo Inditex, Amancio Ortega como ejemplos. Esta emprendedora nata confiesa que añadiría a las cuatro virtudes clásicas, sabiduría, valentía, templanza y justicia el tesón como ejes de su camino.