Sevilla es, por derecho propio, una ciudad fascinante, una capital inquieta que no para de regalar lugares novedosos a un viajero que busca nuevas experiencias. A este recorrido de lugares clave, se suma uno nuevo este otoño. La Real Casa de la Moneda vuelve a abrir sus puertas después de 10 años de haber cesado su actividad.

Su historia, que comienza en el S.XVI, está fuertemente vinculada al pasado cultural de este lugar a orillas del Guadalquivir. Lo que fue un centro de producción de dinero se ha convertido, a día de hoy, en una serie de exclusivos apartamentos que permitirán al viajero disfrutar y conocer las bondades de una ciudad que no descansa.

La reforma integral del espacio ha permitido abrir las puertas de seis apartamentos de uno a tres dormitorios y cuatro áticos dúplex de una y dos habitaciones equipados con comodidades y calidades que aportan un gran confort. En el caso de estos últimos, cuentan además con una serie de terrazas con unas magnificas vistas a la ciudad. Todo ellos han recibido el nombre de espacios emblemáticos rindiendo un homenaje a su entorno, Real Alcazar, Archivo de Indias, Torre de la Plata, Fábrica de Tabaco, La Maestranza, Torre del Oro, La Giralda, La Caridad, Casa Pilatos y Los Venerables.

Su diseño y conceptualización, obra del arquitecto Javier Bethencourt, respeta al máximo la arquitectura original del edificio, algo que ha sido esencial desde el inicio del proyecto. Para ello, la reforma se ha realizado tomando como referencia los materiales originales o locales de manera que el edificio no pierda la identidad y el valor que ha mantenido a lo largo de los años.

Algo que han querido mantener también en la decoración de cada una de las estancias. Para ello, se ha contado con la ayuda de la interiorista Mónica Benjumea, de Kwanza Interiors. Ella ha sido la encargada de reproducir todos los elementos arquitectónicos originales y de seleccionar cada una de las piezas que han dado vida y color a los espacios. Fieles a las tendencias pero sin renunciar a la esencia propia de una ciudad como Sevilla.

Esta conexión con su entorno también se refleja en el interés del espacio por dar visibilidad a su ciudad colaborando con coleccionistas de fotografías del S.XIX de Sevilla que pronto colgarán de las paredes de Real Casa de la Moneda. Un gesto de solidaridad con el pasado que forja la grandeza de la capital andaluza.

En definitiva, esta nueva etapa supone un motivo de ilusión tanto para el equipo que formará parte de La Real Casa de la Moneda como para los habitantes sevillanos, así como por supuesto para los futuros huéspedes que se alojen en estos apartamentos repletos de historia, diseño y cuidados detalles arquitectónicos.