PwC en colaboración con la Asociación Andaluza de Empresa Familiar (AAEF) ha celebrado en Sevilla la jornada ‘La eficacia del protocolo familiar’, con la participación de casi un centenar de familias empresarias. El encuentro ha contado con la participación de Luis Fernández, socio director de PWC en Andalucía, José Felix Gálvez, socio director de Empresa Familiar de PWC, José Luis Nores, socio director de Tax & Legal Services de PwC en Andalucía, y Alejandro Vázquez, del area de Tax& Legal Services de PwC, además del director general de la AAEF, Mario Carranza.
Luis Fernandez de PwC, Mario Carranza de la AAEF, José Felix Gálvez de PwC
José Luis Nores de PWC y Mario Carranza de AAEF
Alejandro Vázquez (PwC) ha puesto de manifiesto como recientemente las medidas adoptadas por la Dirección General del Registro y Notariado, DGRN, tienden a blindar la eficacia estatutaria de los protocolos familiares reforzando la validez e importancia de estos acuerdos en los procesos de revisión y renovación de los acuerdos familiares para la gestión y sucesión de empresas familiares.
En este sentido, según ha indicado Alejandro Vázquez, es relevante que las familias empresarias cuenten con estos acuerdos, así como con la revisión de los ya formulados, y de este modo aboga por aumentar la profesionalización y garantizar la sucesión en el negocio familiar y el futuro de la empresa.
Según el experto de PwC, el protocolo familiar es un Instrumento para anticipar soluciones a los posibles conflictos que pueden poner en riesgo la continuidad de la empresa familiar, la conservación de su patrimonio, reflexionar y anticiparse a posibles conflictos latentes y reflexionar sobre el futuro de la empresa familiar, y evitar el conflicto judicial facilita llegar a acuerdos entre miembros de la familia con intereses distintos.
Según se puso de manifiesto en la Jornada, el protocolo familiar se entiende así como un conjunto de pactos suscritos por los socios entre sí o con terceros con los que guardan vínculos familiares que afectan una sociedad no cotizada, en la que tengan un interés común en orden a lograr un modelo de comunicación y consenso en la toma de decisiones para regular las relaciones entre familia, propiedad y empresa.
Se señaló que el protocolo familiar es un ejercicio de autorregulación, pues nada o nadie impone la obligación de hacerlo, sino que es la propia familia empresaria, convencida de las ventajas que comporta, la que decide libremente acometerlo para favorecer y posibilitar el cambio generacional.
Es a la vez un intento de anticipación ya que debe fijar las futuras reglas de juego en las relaciones familia-empresa, lo que implica objetivar las situaciones que, previsiblemente, puedan plantearse en el futuro y darles una solución para cuando eso suceda.
Y se insistió que, por su naturaleza, se trata de un traje ‘a medida’, que es necesario elaborar de manera individualizada. No hay respuestas estándar válidas: cada familia adopta ‘sus’ decisiones de auto-organización. Esto es, hay tantos protocolos familiares como familias empresarias.
En cuanto a su eficacia jurídica, se trata de un contrato suscrito entre socios con vinculación familiar, exigible únicamente entre las personas que hayan firmado el protocolo, con carácter general, no vincula a la sociedad, que se rige por sus Estatutos Sociales y la LSC. Por ello, se a las empresas familiares que lo tengan suscrito ante el riesgo de ser ineficaz en la práctica, si no se le dota de mecanismos para asegurar su cumplimiento.
Recientes resoluciones de la Dirección General del Registro y Notariado, (resolución de 26 de junio de 2018) refuerza la necesidad de contar con estos protocolos familiares al recoger la incorporación en Estatutos Sociales de la obligación de cumplimiento. Incide además la DGRN en las consecuencias del incumplimiento, así como la inclusión del socio y el problema de la valoración que puede suscitar.
El director general de la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar, Mario Carranza, ha abogado por aumentar la profesionalización de este colectivo, a través de un protocolo familiar, un consejo de administración y un consejo de familia, de manera que se retenga el talento y se garantice el futuro. Además, ha instado a a la empresa familiar a llevar a cabo una renovación estratégica de futuro, a la evolución y a innovar en productos y servicios o de mercados.
En el transcurso de esta jornada, la AAEF, dirigida por Mario Carranza, ha presentado una de sus obras de teatro, a modo de caso práctico, en la que se expone una sucesión familiar y como se lleva a la práctica un protocolo familiar. Esta asociación cuenta con una amplia colección de obras teatrales en las que expone casos en los que se pueden visualizar de forma muy práctica situaciones reales de familias empresarias.