Cumplir cien años es un hito difícil de alcanzar por una empresa, y más si presume de solidez y solvencia en los convulsos tiempos que corren. Grupo Rusvel no solo lo ha conseguido, sino que ha sido la primera en lograrlo en el sector andaluz de la construcción, un mérito que vale por dos. La empresa, fundada por Salvador Rus López en 1921 en la localidad sevillana de Cazalla de la Sierra, ha superado dos guerras y varias crisis económicas y ha sabido adaptarse a las sucesivas fluctuaciones del sector y el mercado. Según Miguel Rus, nieto del fundador y actual presidente del holding empresarial, “las malas épocas te curten, pero hay que saber levantarse”. Asegura que las claves para convertirse en empresa centenaria han sido “la cultura del trabajo que Salvador Rus infundió en sus hijos y que hoy sigue vigente; la prudencia en el gobierno, que nos ha permitido crecer de forma sostenida; y no embarcarnos en aventuras especulativas o poco comprobadas”.

Lo cierto es que la compañía se dirige desde criterios estrictamente profesionales y de negocio gracias a la aprobación, en 1997, de un protocolo familiar que supone una garantía de entendimiento entre los accionistas. Miguel Rus es el único miembro de la familia que actualmente trabaja en la empresa, el resto son todos directivos profesionales. “La clave de la empresa familiar es tener a los mejores profesionales al frente de las distintas unidades de negocio. La familia está en el consejo de administración. No se puede ser generalista, hay que ser especialista”, asegura el presidente de este grupo empresarial.

También ha sido decisiva la apuesta por la diversificación, aunque en Rusvel prefieren hablar de negocios complementarios “que aportan know how y nos hacen crecer como grupo”. La columna vertebral del holding es la constructora Heliopol, fundada en 1970 cuando la segunda generación (los cinco hijos del fundador) deciden unificar los distintos negocios de construcción que venían desarrollando (edificación, hidráulica, aglomerados, infraestructuras de obra civil…). Para entonces, la compañía ya estaba en primera línea de la obra pública y era un referente en la construcción de carreteras gracias a que Salvador Rus puso en marcha la primera planta de asfaltado en Andalucía.

La cartera de obra contratada por Heliopol a fecha de hoy asciende a 70 millones de euros, y se reparte entre empresas privadas (85%) y administraciones públicas (15%). Entre las obras más emblemáticas con el sello de Heliopol destacan la fábrica de Artillería y la del Hospital Militar de Sevilla, la ampliación del Palacio de Congresos de Sevilla (Fibes), la Facultad de Ciencias de la Salud de Granada, la estación de AVE Antequera-Santa Ana, la urbanización del Parque Empresarial Megapark (Dos Hermanas, Sevilla) o el Palmeral de las Sorpresas en Málaga.

Una de las señas de identidad de la compañía es la construcción de viviendas sociales, que inició Salvador Rus en 1940. Hoy el grupo se mantiene en este segmento, “porque es una demanda de la sociedad”, como asegura Miguel Rus, aunque reconoce que los márgenes son muy bajos. RGI es la filial dedicada a desarrollos inmobiliarios, y cuenta con las enseñas Novalar Residenciales, para vivienda libre; Sigma, para VPO; y Megapark para el desarrollo de parques logísticos.

Ambas líneas de negocio, construcción y edificación, están padeciendo las consecuencias del desabastecimiento e incremento del precio de las materias primas, y también de la falta de mano de obra especializada. Miguel Rus confiesa estar “enormemente preocupado”. Aunque hace un año, cuando se desató la pandemia, fueron precavidos y encargaron todos los materiales que iban a precisar para el desarrollo de sus obras, reconoce que el asunto es especialmente delicado en el ámbito de la VPO por lo ajustados que son los márgenes. De hecho, tienen paralizados sendos proyectos que suman 372 viviendas en Puerto Real (Cádiz) y Dos Hermanas (Sevilla), “porque no sabemos lo que va a pasar, si nuestros colaboradores van a disponer de las materias primas necesarias para desarrollar estos proyectos.Esperábamos que a fin de año volveríamos a la normalidad y sin embargo vemos que las materias primas se han incrementado un 30% y esto es clave para la recuperación económica”.

Su preocupación y compromiso por el medio ambiente y la sostenibilidad les ha llevado a abordar dos negocios complementarios: La gestión del ciclo integral del agua, que canalizan a través de la sociedad Marea; y el tratamiento de biorresiduos, a través de Avinsur. De hecho, han construido la primera planta de biorresiduos de Andalucía en la localidad malagueña de Campillos, en la que generan biogás que venden a industrias cercanas.
Otras sociedades del holding son Ecofluvial, para infraestructuras de regadío; Novalar Vida, dedicada a la gestión de residencias de mayores;y AGE, enfocada a la energía eólica.

Todas estas actividades reportaron a la compañía andaluza una facturación en 2020 de 53 millones y la previsión es que este año se alcancen los 60 millones – un 65% procederá de Heliopol–. Según el Plan Estratégico 2022-2026 que ahora comienza, la empresa crecerá en en el próximo lustro a un ritmo anual del 10-15%. “El tamaño es fundamental –asegura Miguel Rus-. Tenemos que crecer por encima de los cien millones de euros y lo haremos gracias a los negocios complementarios, ganamos más como grupo”.
En el plano laboral, el holding empresarial tiene actualmente una plantilla de 198 empleados, y genera más de medio millar de empleos indirectos a través de unas 150 empresas colaboradoras de primer nivel.

Diversificación y digitalización
El nuevo Plan Estratégico de la compañía apunta, según su director general, José Luis del Río, “hacia el crecimiento de la empresa y la consolidación de la diversificación. Entendemos la diversificación desde la óptica de la complementariedad. No nos adentramos en otras áreas de forma arbitraria, sino que las seleccionamos en función de las sinergias que nos generen. Nosotros siempre decimos que es más importante el socio que el negocio. Y esta manera de enfocar nuestra diversificación suele desembocar en excelentes alianzas de futuro”

Para el director general del grupo existen otros dos factores que son “de gran valor en esta política de crecimiento. Me refiero a la profesionalidad de los equipos humanos y a la política de innovación que desde hace ya más de diez años venimos desarrollando”. En este sentido, es de reseñar que la inversión recogida en el Plan Estratégico de Digitalización y mejora continua para los próximos cuatro años rondará 1,5 millones de euros. Junto a esto, Rusvel tiene previsto invertir en el desarrollo de nuevas tecnologías, investigación y servicios aplicados al medio ambiente otros 3,5 millones de euros. Del Río señala que tienen guardados en el cajón varios proyectos de alto componente tecnológico, ya desarrollados, que van a poner sobre la mesa en el momento en que se despeje la incógnita de los Next Generation. “Desde el principio han sido como cantos de sirena, estamos expectantes a ver qué va a pasar”.