La Junta de Andalucía sigue removiendo a fuego lento el caldero de la minería metálica, a sabiendas de que haciendo las cosas bien y con esmero, el resultado final tendrá todos los ingredientes y la textura perfecta para propiciar un mayor y más rápido crecimiento del sector y de nuestra economía. Por eso está reordenando el registro minero, y sacando a concurso permisos de investigación y concesiones de explotación que interesan a inversores extranjeros, alentados por el elevado precio del metal y la creciente demanda de éste a nivel internacional.

Andalucía es todo un reclamo en este sentido al ser la zona más importante en minería metálica en el sur de Europa y en España, donde aporta más de un 60% de la producción nacional. No en vano, aquí se emplaza la Faja Pirítica Ibérica, considerada la mayor reserva de minerales no férreos de la Unión Europea. Su gran extensión, de 250 kilómetros de largo y 50 de ancho en las provincias de Huelva y Sevilla y el sur de Portugal, alberga unas reservas minerales estimadas en casi 1.500 millones de toneladas –según Aminer, la patronal del sector–, fundamentalmente de cobre y zinc. No obstante, también podemos encontrar en nuestra región plomo, hierro, plata y algún depósito de oro.

Hoy, tras años en letargo, la Faja Pirítica vuelve a estar en el punto de mira internacional. La zona ha recuperado el esplendor de 1982, cuando era un auténtico filón minero; fue entonces, y hasta el 2001, cuando las minas de la faja pirítica fueron desapareciendo hasta no quedar ninguna operativa, debido al agotamiento de los recursos, los elevados costes de extracción y unos precios del cobre por los suelos (1.100 dólares la tonelada).

Ahora la situación es radicalmente distinta. La creciente demanda de cobre y otros metales por parte de países en vías de desarrollo ha disparado los precios –unos 8.500 dólares la tonelada, casi ocho veces más que hace 10 años–, y las nuevas técnicas de extracción permiten sondear a mayor profundidad y encontrar más mineral. Ambos factores han propiciado el resurgir de la minería metálica, cuyo ciclo se prevé largo.