Buena música, buen ambiente y, sobre todo, muy buen rollo es lo que hubo anoche en Icónica Fest con el mágico telón de fondo de la Plaza de España. El monumental conjunto arquitectónico, diseñado por Aníbal González para la Exposición Universal de 1929, resultó el mejor escenario posible para homenajear este 12 de octubre festivo a la Expo 92, de cuya clausura se cumplieron ayer 30 años.

Y qué mejor forma de celebrar esta efeméride que reunir en una misma noche a Seguridad Social y Hombres G, dos de las míticas bandas que desfilaron por el escenario de la Plaza Sony durante los seis meses que duró aquel acontecimiento universal en la Isla de la Cartuja. La de anoche fue una cita que no quisieron perderse más de 9.000 personas, ni tampoco el mismísimo Curro, la divertida mascota de la Expo’92, que se paseó alegre por los balcones de la Plaza de España en algunos momentos de la velada.

La fiesta arrancó puntual, a las 20.30 horas, con el incombustible grupo de pop rock Seguridad Social, referente de ‘La movida’ de los años 80. Su líder y solista, el valenciano José Manuel Casañ, hizo un guiño con su estilismo inicial al día de la Hispanidad y a la Expo’92, y demostró estar en plena forma tras 40 años sobre los escenarios. Durante hora y media, el público vibró con los grandes éxitos de esta banda: La camisa de once varas, Que no se extinga la llama, El amor te vuelve gilipollas o Solo tú. Pero la exaltación máxima se produjo con temas tan arraigados en el acervo musical como Mi rumba tarumba, Comerranas y, cómo no, esa Chiquilla de ojos negros que ya nos resulta tan familiar. También hubo tiempo para la nostalgia. Hasta en tres ocasiones –por un inoportuno fallo en el sonido- intentó Casañ presentar ese canto a la esperanza que es Acuarela, unas de las canciones brasileñas más importantes de todos los tiempos que Seguridad Social incluye en su repertorio desde 1990. Y para acabar de darlo todo, puso voz –y qué voz– al clásico de Nino Bravo Un beso y una flor, broche de oro a su exitosa actuación.

El cambio de escenario para el siguiente concierto ocupó media hora, que fue aprovechado por la organización para realizar el último pase de Icónica Lights, el espectáculo de luces, sonido e inteligencia artificial que ha tenido lugar en la Plaza de España los días en los que no ha habido concierto. Otro guiño al XXX Aniversario de la Exposición de 1992, pues Icónica Lights está basado en el espectáculo del lago aquella muestra universal.

A las 22.30 aparecieron en escena Hombres G con su Voy a pasármelo bien, toda una declaración de intenciones y antesala de lo que el cuarteto madrileño venía a ofrecer. El público aceptó más que gustoso el envite, y lo que sucedió en la hora y media posterior constató el estrecho vínculo de David, Rafa, Dani y Javi con una generación que ha convertido sus pegadizas canciones en la banda sonora de sus vidas. Un público entregado que cantó al unísono los temas más conocidos, ante la sincera aprobación de un emocionado David Summers. El líder de la banda comentó en más de una ocasión lo mucho que le gusta Sevilla y lo bien que aquí se siente, la ciudad donde nació su famoso padre, el cineasta Manolo Summers, y donde viven su madre y sus hermanos.

El ataque de las chicas cocodrilo, Chico tienes que cuidarte, Un par de palabras, Me siento bien, Te quiero, Indiana, Nassau, Suéltate el pelo, Visite nuestro bar y Marta tiene un marcapasos… La sucesión de éxitos de los primeros años de la banda fue coreada hasta por el mismísimo Aníbal González, testigo de excepción inmortalizado en la escultura que mira por siempre a la Plaza de España.

Tímidamente asomaron dos canciones de su último disco: La esquina de Rowland y Voy a rezar. A sabiendas de que no iban a despertar tanto entusiasmo, David Summers solo pidió al público que las escucharan bien porque “son muy bonitas”. También sonaron otras más recientes como Lo noto, ¿Qué soy yo para ti? y No te escaparás, y dejaron la guinda para el final, bordando el concierto con tres de sus mayores éxitos: Temblando, Venezia y la mítica Devuélveme a mi chica. Sonrisas, complicidad, ovación final y la probabilidad de un pronto reencuentro el año que viene, cuando se cumplen 40 años del nacimiento de Hombres G. Habrá que celebrarlo.