La Universidad Loyola Andalucía ha acogido la presentación para profesionales de la comunicación de la Escuela Superior de Ingeniería en la que se han abordado, desde diferentes perspectivas, las novedades y elementos diferenciales que hacen de esta escuela un referente único a nivel regional y también nacional, y la situación y perspectivas del mercado de trabajo para los profesionales de la ingeniería.
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La Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad Loyola Andalucía es la única escuela privada de iniciativa social del sur de España. Siendo ya y a pesar de su juventud, todo un ejemplo en la apuesta por la innovación en Andalucía, invirtiendo en investigación y docencia en tres niveles: Grados, Másteres y Executive Education.
La escuela responde a la tradición de la Compañía de Jesús en el marco de la ingeniería y con el fin último de formar “hombres y mujeres para los demás”, y con el convencimiento de poder formar a excelentes personas que puedan desarrollar su carrera profesional en el campo de la ingeniería y ayuden a la configuración de un mundo más sostenible y más justo.
Su oferta actual
La Universidad Loyola Andalucía oferta cuatro grados en ingeniería, tres de la rama industrial: Grado en Ingeniería Electromecánica, Grado en Ingeniería de Organización Industrial y Grado en Ingeniería Mecatrónica y Robótica y el Grado en Ingeniería Informática y Tecnologías Virtuales. Los tres primeros, de la rama Industrial, conducen al Máster en Ingeniería Industrial, habilitante para desarrollar la profesión de Ingeniero y que también se imparte en Loyola Andalucía y que en esta universidad se puede cursar de forma conjunta con el MBA. Y también un importante desarrollo en formación de Executive Education, de formación para ingenieros que desarrollan actualmente su actividad profesional, tanto en programas ad hoc como programas abiertos.
Hay tres características que dotan de singularidad propia y éxito a la oferta formativa en el ámbito de la ingeniería:
Nuestra relación con el mundo técnico ha cambiado. La tecnología ha redefinido las reglas del juego de los ingenieros, en sentido positivo, por las posibilidades que se abren con cada nuevo desarrollo tecnológico, pero también, como desafío, ya que lo que hace pocos años era un conocimiento imprescindible para el profesional, hoy puede quedar obsoleto, o simplemente superado por la automatización. Esto sugiere formar a los nuevos ingenieros con las siguientes estrategias:
Pedagogía
Basándose en el desarrollo de la Ratio Studiorum se emplean metodologías docentes innovadoras con una gran variedad de recursos, tanto de laboratorios físicos y virtuales como otro tipo de herramientas tecnológicas, destinados a una facilitar una formación integrada, el continuo desarrollo de habilidades y una visión de la construcción del mundo.
• No separando la formación humana de la técnica: manteniendo siempre la perspectiva, la visión sistémica de la profesión: en el equipo de trabajo, en la empresa, en la sociedad.
• Formándose en grupos de trabajo capaces de desarrollar actividades y proyectos fuera del ámbito académico. En este sentido se conoce la iniciativa Loyola Teams.
• Fomentando el aprendizaje activo: aprendizaje basado en proyectos, flipped learning, clickers.
• Pasando de un fixed mindset (visión estática de las capacidades del profesional) a un growth mindset (reconocer que siempre estamos y estaremos aprendiendo).
• Avanzando de la mano de la tecnología, no al margen de ella. Mediante la integración de los computadores y la programación en un gran número de materias (no necesariamente relacionadas con las TIC), uno se habitúa a enfrentar problemas preguntándose en todo momento ¿cómo me puede ayudar la inteligencia de la máquina? El objetivo es no ver en el progreso tecnológico como una amenaza, sino como un torrente de oportunidades para hacer las cosas mejor.
• Comprendiendo que las materias de estudio no son compartimentos aislados, sino áreas interrelacionadas, en cuya intersección surgen las mejores oportunidades. Para sacar partido a este concepto, de relevancia creciente, es preciso diseñar los procesos formativos, en todos sus niveles (planificación, programación, impartición, seguimiento) de manera integrada, con equipos docentes que cooperan, y con profesionales de la industria. La planificación y la actividad diaria de Loyola se organizan según estos principios.
Prácticas de empresas y profesionales
Asimismo, Loyola Andalucía cuenta con convenios de colaboración específicos para los grados en Ingeniería con empresas como IBM, Renault, Microsoft, Mathworks, EADS, Persan, Greenpower technologies, Emasesa o IDOM, entre otras, para la realización de prácticas de empresas, e igualmente para el desarrollo de prácticas profesionales en el caso de los alumnos/as que cursan el Máster en Ingeniería Industrial (Máster habilitante para el ejercicio de la profesión).
En este sentido, también es muy relevante la integración de un porcentaje importante de directivos de empresas industriales y tecnológicas en el equipo docente, realizando visitas y proyectos industriales, y organizando prácticas en empresa de carácter obligatorio, de las que han disfrutado, lógicamente, el 100% de nuestros egresados.
Globalidad
Es importante trabajar en una actitud abierta a los diferentes modos de ver el mundo, a la globalización constructiva y a la multiculturalidad. Por ejemplo, las clases han de impartirse en una parte significativa en otros idiomas, con alumnos internacionales, y realizando una o varias estancias en el extranjero. En Loyola este aspecto es fundamental, se hace un gran esfuerzo por garantizar estos factores.
Se desarrollan acuerdos internacionales de intercambios: Programas Erasmus y Programas Mundus, estancias internacionales de nuestros alumnos, en más de 40 universidades internacionales lo que supone cerca de 30 países repartidos por varios continentes: Europa, Norteamérica, Latinoamérica y Asia. Éstos pueden hacer intercambios en países de larga tradición en materia de ingeniería como es Alemania y Reino Unido, pasando por países con un pujante desarrollo industrial: Brasil, Chile y México y en los países de referencia en materia de desarrollo tecnológico como Corea del Sur y Japón.