La Federación de Arroceros de Sevilla con la colaboración de Caja Rural del Sur ha presentado un estudio para poner en valor la aportación económica de este importante sector en Sevilla y Andalucía. El estudio ha sido presentado en el hotel Alfonso XIII de Sevilla por Lourdes López Valpuesta, catedrática de la Universidad de Sevilla, como coordinadora del mismo, junto con el equipo del grupo de investigación Applied Economics & Management de la Universidad de Sevilla. Concretamente, han participado los profesores Mercedes Castro Nuño y Rafael del Pozo Barajas. El trabajo fue inicialmente dirigido por el Catedrático José Ignacio Castillo Manzano, hasta su nombramiento como secretario general de Economía de la Junta de Andalucía.

Han intervenido además en la presentación, Mauricio Soler Escobar, presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla; José Luis García-Palacios Álvarez, presidente de Caja Rural del Sur, como entidad patrocinadora; Manuel Gómez Galera, director general de la Producción Agraria de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Alimentación de la Junta de Andalucía; e Isabel Solís, delegada de esta Consejería en Sevilla.

Con una aportación al mercado laboral de más de 5.000 puestos de trabajo y 100 millones de euros pagados en salarios, la industria del arroz, como eje vertebrador, y sus actividades vinculadas, son generadoras de riqueza y empleo para la economía andaluza y sevillana. Representa el 1,9% de los puestos de trabajo y el 4,8% de las remuneración de asalariados del sector de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca de la región andaluza. A estas cifras, hay que añadir unas ventas de más de 680 millones de euros y una contribución de 38 millones a las arcas públicas, configurándose como un verdadero motor de crecimiento en su entorno. No en vano, Sevilla destaca como la primera provincia española en producción total de arroz, siendo particularmente reseñable esta relevancia para el caso de la variedad índica, donde el arrozal de las Marismas del Guadalquivir aporta casi la mitad de la producción española y más del 15% de la europea.

Las Marismas y el sector tienen un papel estratégico desde Sevilla para la región andaluza, como así lo recoge el ‘Estudio del impacto económico y social del cultivo del arroz en las Marismas del Guadalquivir como dinamizador de la economía andaluza’, encargado por la Federación de Arroceros de Sevilla con la colaboración de la Fundación Caja Rural del Sur y que ha sido presentado en el hotel Alfonso XIII de Sevilla con la asistencia de destacados representantes del sector arrocero, agrario, económico e industrial, Administraciones Públicas, Universidad de Sevilla, representantes de Doñana, el Puerto, Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Feragua, Alcaldes de Isla Mayor y Puebla del Río, y de las diferentes organizaciones agrarias andaluzas.

Para Mauricio Soler Escobar, presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla, el objetivo de esta obra “es poner en valor la actividad de los arroceros de Sevilla y su valiosa aportación económica, ante los tiempos difíciles que a todos nos ha tocado vivir, y las dificultades actuales a las que se enfrenta la agricultura por los bajos precios alcanzados en origen, y una PAC cada vez más restrictiva, y costes de producción elevados”.

El presidente de Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios, ha indicado la importancia de este estudio ya que “la agricultura no ha estado nunca suficientemente valorada, y más el sector arrocero, y se trata de un sector que han sido capaces de transformar un erial, y generar riqueza y empleo a la altura de muy pocos sectores”.

Durante dos años y con la colaboración de los arroceros, el equipo de investigación de la Universidad de Sevilla, ha desarrollado este trabajo que pone de manifiesto, una vez más, las fortalezas y la excelencia alcanzada por esta zona arrocera de referencia en Europa. Según recoge el estudio, los arrozales sevillanos se ubican en una inigualable situación geográfica, constituyendo uno de los mayores humedales del continente europeo, con 36.500 hectáreas de cultivo que aportan una parte significativa del arroz producido en el conjunto de España y en el contexto de la la Unión Europea, favoreciendo, asimismo, el desarrollo de otras actividades conexas, entre las que se encuentran la comercialización del cangrejo rojo o el turismo gastronómico.

Lourdes López ha hecho un recorrido por la historia del cultivo del arroz, una de las bases de la pirámide nutricional mundial, y del que se producen unos 700 millones de toneladas de arroz anuales.

El impacto económico del sector arrocero
La aportación económica de la industria arrocera, así como sus actividades vinculadas (la cría y comercialización del cangrejo rojo y el turismo gastronómico), en cifras es la siguiente:

a) Empleo y remuneración de asalariados: la industria base del arroz presenta un importante potencial de generación de empleo de unos 4.237 puestos de trabajo, siendo unos 1.825 directos, 1.811 indirectos y 600 de carácter inducido. Estos empleos generan unos 86 millones de euros en remuneraciones de Asalariados.

b) Facturación e impuestos: la industria base genera unos 586 millones en ventas, aportando a las arcas públicas una recaudación de casi 35 millones en concepto de impuestos.

Impacto de la industria del arroz en la región andaluza
El impacto total de la Industria del arroz no se limita a la industria base, sino que incorpora aquellas otras actividades dependientes, en mayor o menor grado, de esta industria tales como los talleres, las empresas fitosanitarias, las comunidades de regantes, las cooperativas arroceras, la industria de transformación y comercialización del cangrejo rojo o los establecimientos de restauración vinculados a la gastronomía del arroz:

a) Empleo y remuneración de asalariados: la industria arrocera en su conjunto genera 5.037 puestos de trabajo así como 103 millones de euros en remuneración de asalariados.

b) Facturación e impuestos: el conjunto de sectores del arroz presenta una cifra de 682 millones en ventas y una contribución impositiva de más de 38 millones de euros.

c) Peso de la industria del arroz en la economía andaluza: las cifras de los apartados a) y b) anteriores suponen un 1,9% de los puestos de trabajo, un 4,8% de la remuneración de asalariados y, aproximadamente, un 5% del valor de la producción de la rama de actividad “Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Pesca” de la economía andaluza, en 2016.

d) Efectos intersectoriales de arrastre de la Industria del Arroz: por cada empleo generado de forma directa por la industria del arroz en su conjunto, la economía regional genera 1,12 empleos, pudiendo desglosarse en 0,82 empleos como contribución indirecta y 0,30 empleos en términos de contribución inducida.

Superficie del cultivo en las Marismas del Guadalquivir
En Andalucía, el cultivo de este cereal supone el 33% de la superficie arrocera en España, situándose en la primera posición respecto al resto de Comunidades Autónomas, en cuanto a superficie y producción.

Dentro de la comunidad autónoma de Andalucía, la provincia de Sevilla presenta el 92% de la superficie dedicada al cultivo del arroz, extendiéndose entre ambas márgenes del río Guadalquivir, fundamentalmente, en los municipios de Isla Mayor, La Puebla del Río, Aznalcázar, Los Palacios y Villafranca, Dos Hermanas y Utrera. A merced de su enclave junto al Parque Natural de Doñana, es uno de los mayores humedales de Europa, convirtiéndose en un ecosistema perfecto para la avifauna de la zona, lo que implica la búsqueda de métodos agrarios sostenibles con el medioambiente.

Por todo ello, el arrozal de las Marismas del Guadalquivir es actualmente el más importante de España y uno de los más relevantes del continente europeo. Si bien este resultado es, en realidad, fruto de un proceso de gran dinamismo y vitalidad llevado a cabo en un corto horizonte temporal de apenas unas décadas, que ha posibilitado una profunda transformación demográfica, económica y social del territorio. Ello ha contribuido a superar la consideración periférica que inicialmente se tenía de la Marisma. Como consecuencia, el arrozal continúa siendo el elemento fundamental de la economía isleña.