La digitalización del campo y la agricultura es una asignatura que ya ha empezado cursarse y lo está haciendo con éxito. La aplicación de las nuevas tecnologías al sector agrícola, promoviendo un modelo de desarrollo más sostenible, es mucho más que una mera ‘modernización’. Significa establecer una relación diferente con el planeta.

Desde hace ya décadas voces como la del destacado sociólogo y economista norteamericano Jeremy Rifkin advierten de la necesidad de un cambio urgente de la sociedad industrial hacia modelos más sostenibles. Precisamente, el impacto de la pandemia que estamos afrontando ha puesto de manifiesto la importancia de buscar fórmulas que nos garanticen una vida larga y provechosa y, con ello, nuevos modelos de acción y de relación con el entorno. En este contexto, surge la agro-digitalización como una manera de favorecer la competitividad, a la vez que la sostenibilidad de la producción y con ello, la garantía de una alimentación saludable y segura para los ciudadanos.

El gobierno de España ha impulsado ya su primer Plan de Acción 2019-2020 donde incluye la estrategia de digitalización del sector agroalimentario y forestal del medio rural. Entre sus objetivos, esta estrategia destaca la importancia de “impulsar el desarrollo empresarial y los nuevos modelos de negocio teniendo en cuenta las oportunidades de diversificación económica que ofrecen las nuevas tecnologías y la industria 4.0”. En otras palabras, se trata de apostar la transformación de un sector, el agroalimentario, que ocupa una destacada posición dentro de la economía del país.

En este contexto, la digitalización de la agricultura y el ‘agronegocio’ se abren paso con la transformación de las empresas existentes al incorporar las nuevas tecnologías digitales a los procesos (automatización, agricultura de precisión etc.) creando así nuevos modelos de negocio. Todo ello, teniendo en cuenta las tendencias que mayor impacto tienen en la agricultura y entre las que se encuentran la Calidad y Trazabilidad respecto a la comida sana, calidad de alimentos y calidad de las plantas.

Igualmente, la necesidad de transformar digitalmente el sector agroalimentario, se apoya en datos significativos como los se desprenden del International Food Policy Research Institute, apoyando la incorporación de la tecnología a la agricultura para aumentar el rendimiento de las cosechas, así como la calidad.

La importancia de la innovación tecnológica en la agricultura ha sido destacada en reciente Food Systems Summit de Naciones Unidas. En el foro, se planteó a expertos de relevancia cómo se podría fortalecer la innovación para mejorar los sistemas de alimentación mundiales, tanto de cara a la creciente crisis climática que estamos viviendo, como en respuesta a la fragilidad de nuestros sistemas alimentarios, algo que ya ha puesto especialmente en evidencia con la pandemia del Covid-19.

España ocupa la primera posición de la Unión Europea en superficie agrícola dedicada a cultivos de producción ecológica, por delante de Francia, Italia y Alemania, según el informe emitido por la Oficina Europea de Estadística en 2019.

Con más de dos millones de hectáreas dedicadas a la agricultura ecológica (según datos del mismo año 2019) Andalucía precisamente destaca como la región que encabeza este tipo de producción en España: olivar ecológico, almazaras ecológicas o ganadería ecológica son sólo ejemplos de sectores productivos significativos. Además las exportaciones de productos andaluces ecológicos crecen año tras año y destacan los vinos, aceites ecológicos y productos hortofrutícolas entre otros.

El liderazgo de Andalucía en superficie total de producción ecológica es por tanto incuestionable, y además se afianza y gana valor. Con dicho potencial, se convierte en una región de referencia para abanderar un sector, el ecológico, en constante crecimiento. Andalucía reúne múltiples condiciones favorables, climatología entre otros, para sacar el máximo partido posible a cada cosecha. Con la digitalización los alimentos que diariamente producimos y consumimos se van a ver beneficiados, en tanto en cuanto mejora su forma de producción, transformación y comercialización (menos costes, más calidad, menor impacto medioambiental..). Es, por tanto, el momento de posicionarse de forma rentable para un futuro que se ha convertido ya en todo un presente.

Nicole Junkermman
Inversora y emprendedora internacional.
Fundadora de NJF Holdings
www.njfholdings.es