Lupe Páez, Augusto Marenco, José Páez y Alejandra Páez.

Hay que remontarse a 1848 para encontrar el origen de Dios Baco, a través de la fundación de Palomino & Vergara, una de las bodegas de mayor peso en la historia de Jerez, ubicada desde entonces en un majestuoso complejo bodeguero conocido entonces como ‘Los Doce Discípulos’, ya que el enorme recinto estaba formado por 12 cascos de bodega, de los que en la actualidad se conservan 3 con usos vinícolas. Posteriormente pasó por las manos de Rumasa y de la multinacional jerezana John Harvey & Son Ltd. hasta 1992. En este año fue adquirida por el empresario jerezano José Páez Morilla, vinculado desde muy temprana edad al sector del vino a través de la bodega Páez Morilla, precursora desde los años 80 del pasado siglo en la elaboración de vinos tranquilos en el Marco de Jerez, especialmente materializado en el exitoso vino blanco gaditano Tierra Blanca.

El aniversario coincide con el relevo generacional de esta empresa familiar, ya que los cargos directivos han pasado a estar ocupados por la segunda generación de la familia Páez: Alejandra Páez, al frente del área financiera y de organización; Guadalupe Páez, responsable de enoturismo; y Augusto Marenco, director técnico y de producción. Además, dentro del plan de relanzamiento de la bodega, se ha renovado por completo la página web -añadiendo una tienda online- y la gama de jereces Dios Baco ha cambiado su imagen por una más actual.

Durante estos últimos 30 años, la bodega de la calle Medina ha elaborado una amplia tipología de vinos, que comienza con todo el abanico de jereces, tanto en la gama clásica de marca Dios Baco como en la de vinos viejos Imperial de Baco, con un oloroso, un palo cortado y un amontillado VORS y un pedro ximénez VOS, que atesoran en su trayectoria reconocimientos en prestigiosos concursos y publicaciones internacionales especializadas como los 93 puntos en Wine Spectator para su oloroso Imperial, los 94 en Wine & Spirits para el amontillado Imperial, los 94 puntos en Wine Enthusiast para el pedro ximénez Dios Baco, los 92 puntos Robert Parker para el palo cortado Imperial o los 94 puntos en la International Wine Challenge para el médium Dios Baco, entre otros reconocimientos.

Además, Bodegas Dios Baco elabora los brandis Imperial de Baco Solera y Grandes Reservas como Brandy Dios Baco, Imperial de Baco y Luis Enrique; los vinos tranquilos ecológicos Bulería, tanto en sauvignon blanc como en syrah; las ginebras Gin In 33 F, macerada en botas de fino y la ecológica Ethical, así como el whisky El Bocoy de José Páez, envejecido 12 años en Escocia y un año en botas de Jerez. El amplio portfolio se completa con los vinagres El Cocinero y PX Dios Baco.

Estos vinos y espirituosos están en la actualidad presentes en países de 4 continentes, en mercados tan remotos como Ucrania, Australia, Canadá, Estados Unidos, China o Japón. Esta nueva etapa en la histórica bodega se puede percibir, además, en la renovación de su página web y en una modernización de la imagen de sus etiquetas, más armonizada y actual.

Las líneas generales de esta nueva etapa estarán marcadas en la dirección técnica, con la elaboración de vinos de calidad posicionados en un segmento alto, de limitada producción para mantener el nivel de sus soleras y con métodos artesanales, la apertura al mercado nacional y nuevos mercados internacionales, así como la dinamización del enoturismo. Un aspecto en el que se va a hacer especial hincapié es el lanzamiento de ediciones muy exclusivas -seleccionadas de la mano de José Páez- de algunos de los tesoros de las soleras de la bodega, que supone un incalculable patrimonio enológico de sus vinos más tradicionales y que quieren compartir próximamente con los buenos aficionados. El primero de ellos será un fino pasado, edición especial 30 aniversario -en formato 0,5 l.- que verá la luz esta primavera.

En la actualidad, el complejo está formada por 3 naves bodegueras. La bodega de Baco, de la que toma su denominación actual por la estatua ubicada en su fachada principal que representa al dios romano del vino, que según recogen algunos historiadores se ubicó con anterioridad en la Bodega Domecq, de donde fue mandada retirar por Carmen Núñez de Villavicencio, esposa de Pedro Domecq, por su condición de deidad pagana. El complejo lo completan las naves De la Cruz y Pío XII. Además, Dios Baco trasladó hace unos años al Parque Empresarial jerezano su actividad industrial, donde ocupa una nave para las labores de embotellado, almacén y plataforma logística.