Desde 2006, la División de Renovables de la empresa Magtel presta servicios de ingeniería, en desarrollo, construcción, puesta en marcha, operación y mantenimiento de plantas generadoras de energía renovable, participando en proyectos respetuosos con el medioambiente que reducen la dependencia de combustibles fósiles.
NdP-Magtel-medioambiente
El equipo de profesionales de esta División ha participado en el desarrollo de proyectos ubicados en Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha, con casi 2.500 MW de potencia. Estas iniciativas suponen un ahorro anual de más 1,74 millones de toneladas de emisiones de CO2, lo que supone un efecto depurativo del aire equivalente a más de doce millones de árboles. En la actualidad, Magtel continúa con el desarrollo de numerosos proyectos en este ámbito.
Magtel cuenta con amplia experiencia en el empleo y la aplicación de diversas tecnologías, fundamentalmente fotovoltaica, termosolar, hidroeléctrica y eólica. La compañía desarrolla todas las fases del proyecto, apostando por la especialización y la innovación para mejorar la eficiencia de los mismos.
Además de las ventajas que aportan las plantas de generación de energía mediante fuentes renovables en cuanto a la reducción de emisiones de CO2 y consumo de combustibles fósiles, la integración de parques fotovoltaicos, sobre todo en zonas erosionadas o incluso en zonas de labor de secano donde durante gran parte del año éstas son improductivas debido a los trabajos de labor que se realizan en ellas, se ha demostrado el aumento de la biodiversidad en la zona. Este aumento es provocado sobre todo por el mantenimiento de la cubierta vegetal durante todo el año el cual se gestiona a su vez con ganadería ovina integrando a su vez el sector primario.
Por otro lado, debido a la gran ocupación en cuanto a superficie de estas plantas, más del 90% ocupan más de 100 hectáreas, y de las zonas adyacentes a éstas en las que la práctica de la caza no es posible, se crean grandes zonas de reserva para muchos animales los cuales a su vez atraen a los depredadores de éstos aumentando así la biodiversidad de la zona.
Valores ambientales en la zona
Además de contribuir a la mitigación del cambio climático mediante la sustitución de energías contaminantes por energías limpias, un ejemplo claro del buen hacer en la mitigación de impactos ambientales es la valoración ambiental en la instalación de plantas solares fotovoltaicas, diseñadas de manera que su presencia en el territorio no suponga un impacto adverso sobre los valores ambientales de la zona.
Con este fin se llevan a cabo diversas actuaciones. En la fase previa de estudio del emplazamiento se realizan estudios de campo sobre tipología, fenología, distribución y tamaño poblacional de las especies que habitan previamente la zona, con el objetivo de conocer qué tipo de fauna y flora hay en el entorno, y proponer medidas compensatorias y correctoras encaminadas a su mejora.
Asimismo, se realizan estudios de territorio mediante la determinación de la capacidad de acogida del mismo, para el estudio de diversas alternativas, que son analizadas desde el punto de vista ambiental y comparada, escogiendo la que tenga un menor impacto ambiental
Además, se aplican medidas en la fase de obras y explotación, encaminadas a reducir al mínimo la afección ambiental derivada de la construcción y explotación de las plantas fotovoltaicas. Entre estas, se encuentra permitir el libre tránsito de fauna dentro de las plantas, estableciendo para ellos un vallado permeable; la instalación de vallados con señalizaciones, para hacerlos más visibles a la avifauna y evitar colisiones; la instalación de cajas nido, posaderos y edificios de nidificación para garantizar la presencia de especies de avifauna así como refugios para conejo de monte y herpetofauna con el objetivo de garantizar el sustento de las poblaciones de rapaces.
Otras acciones se llevan a cabo en fincas agrícolas de secano, en las que se realizan medidas para garantizar la estabilidad de las comunidades de aves esteparias, o el uso de ganado para el mantenimiento de la vegetación en el interior de las plantas, sustituyendo este por el uso de herbicidas, una de las principales causas de mortalidad de la fauna en zonas cultivadas.