La empresa sevillana Kaura Coproducts ha sido reelegida para ser la encargada de retirar de las instalaciones ganaderas los animales que mueren en ellas sin llegar al matadero. En Andalucía occidental, el consorcio combinado de seguros ha revalidado su labor con el nuevo encargo de la tarea hasta 2026 y, en Extremadura, su Gobierno regional ha decidido lo mismo hasta 2024. En ambos lugares es la única empresa que realiza una de las acciones ambientalmente más relevantes en el sector agrario. Este servicio, además de obligatorio para los ganaderos, permite un beneficio al medio ambiente de primer orden, al prevenir posibles infecciones y, por añadidura, dar un segundo uso a esta materia orgánica como biodiésel y carburante ecológico.

Kaura es especialista y líder regional en rendering, es decir, logra nuevos usos de la materia cárnica. La línea de trabajo de mayor volumen utiliza los productos de los mataderos cuyo destino no es el consumo humano.

Esta faceta del reciclaje permite convertir partes de los animales de abasto –como cerdos, gallinas o pollos- en su más pequeña y valiosa unidad: las proteínas, y también grasas. Kaura las obtiene para que después puedan usarlas empresas especializadas en la elaboración de alimentos para mascotas, por ejemplo perros y gatos, y para los peces criados en acuicultura.
La segunda de las facetas de Kaura se centra en la recogida en las explotaciones agrarias del ganado que muere de forma no controlada. En Andalucía occidental y Extremadura, Kaura trata alrededor de 27.000 toneladas anuales. Se trata de todo tipo de animales, aunque predominan vacas, ovejas, aves, cerdos, y equinos. La empresa con sede en Salteras (Sevilla) ha sido recientemente renovada para prestar este servicio para Andalucía occidental hasta 2026 por parte de los gestores del Seguro Agrario Combinado (Agroseguro). En el caso extremeño, el gobierno regional ha otorgado similar confianza hasta el año hasta 2024.

La especialización de Kaura es elevada. Realiza esta tarea desde 2014 en la Comunidad andaluza y, desde 2017, en Extremadura. El transporte se efectúa con todas las garantías sanitarias, mediante camiones especializados que cuentan con un contenedor sellado.

La materia orgánica se descarga para su trituración y un tratamiento a elevadas temperaturas. De esta forma se retira el agua que contiene, la cual supone aproximadamente el 70% del peso. Un 25% se convierte en grasa, que después utilizarán las empresas fabricantes de biodiésel. Y el 5% restante consiste en una harina muy calorífica que permite a las cementeras generar energía para su producción.

A las citadas 27.000 toneladas de la retirada en explotaciones ganaderas –el llamado C1- se suman otras 100.000 de materia cárnica provenientes de los mataderos, el C3. Este último material lo convierte la factoría en harina de proteína, grasa y agua gracias a una tecnología puntera en Europa. En concreto, el agua (65%) es reutilizada en el proceso industrial tras un tratamiento; la harina (20%) está compuesta de proteínas; y la grasa (15%) es una excelente fuente de nutrientes para la fabricación de piensos compuestos.