Con más de trescientos años de existencia y con el recuerdo aún vivo de sus años como casa de labor, el Cortijo Las Monjas toma su nombre de finales del siglo XVIII, cuando pertenecía a las carmelitas de Vélez-Málaga, que lo arrendaban a vecinos de la zona.
Aunque tradicionalmente su uso había sido agrícola, hace una década la familia propietaria decidió convertirlo en alojamiento rural, con una profunda vocación de conservación de la naturaleza y con el objetivo de difundir la riqueza cultural y gastronómica de la comarca. Así pues, este cortijo, situado entre los municipios de Periana y Alfarnatejo, no solo ofrece un lugar de descanso, sino que también permite conocer y apreciar los rincones más bellos y las tradiciones más arraigadas de la parte nororiental de la provincia de Málaga.

Vistas desde el Cortijo las Monjas
Vistas desde el Cortijo las Monjas

Sus seis apartamentos son un tributo a su pasado. Llama¬dos Atroe, Cámara, Estaeros, Cuadra, Pajar y Saladero, hacen referencia a las fun¬ciones que tenía cada parte de la casa: el atroe, donde se guardaba el grano; la cámara, que servía para almacenar la comida o las herramientas y que incluso se utilizaba co¬mo dormitorio; estaeros, un antiguo pajar que también hizo las veces de gallinero; la cuadra, donde habitaban los animales; el pajar, que fue ha¬bilitado como casa de tempo¬reros durante la recogida de la aceituna; y el saladero, donde se secaban los productos co¬mo método de conservación.
En la actualidad, son seis apartamentos independien¬tes para dos personas con dormitorio con ropa de ca¬ma incluida, cuarto de baño completo con toallas, cocina totalmente equipada, salón comedor con chimenea de leña y terraza o porche.
Eso sí, cada uno de ellos conser¬va una fisonomía distinta y está orientado hacia un lugar diferente de la sierra o, en el caso de la cuadra, que no dispone de terraza, su porche cubierto permite disfrutar de él tanto en invierno como en verano y relajarse entre las plantas que lo decoran, algu¬nas de ellas desde hace más de tres generaciones.
Las dimensiones, por su par¬te, son similares, salvo en el caso del apartamento estae¬ros, que fue rehabilitado a modo de estudio en una sola habitación para respetar su estructura, así como los mate-riales de los que se componía.
Salón comedor de uno de sus apartamentos
Salón comedor de uno de sus apartamentos

En los apartamentos cada de¬talle es importante y la made¬ra, el algodón, la forja y los colores neutros de las col¬chas, las cortinas y las alfom¬bras se fusionan para crear una atmósfera casi monacal.
Junto a la singular estructura interior de los apartamentos, una de las bazas del Cortijo Las Monjas son sus espacios comunes y la panorámica que ofrecen de la Sierra de Enme¬dio, los altos de Doña Ana y Gómer o el desfiladero del río Sabar. Entre las instalacio¬nes comunes figura la era. El lugar en el que hace años se trillaban los cereales tras ser recolectados en el campo ha sido recuperado como un es¬pectacular mirador, más cerca del cielo que de la tierra. Jun¬to a él, el alojamiento posee dos zonas de porche, una inte¬rior y otra exterior con mesas y sillas de jardín; una piscina, construida sobre un balcón natural y con una cascada in¬tegrada que permite relajarse con el murmullo del agua; y una amplia zona de parking para sus clientes.
Visitas culturales y turismo activo
Sin duda, el entorno del Cor¬tijo Las Monjas es uno de los lugares más bellos de Andalu¬cía, salpicado de construccio¬nes arquitectónicas antiguas, extensiones cultivadas de al¬mendros y olivares, montañas cubiertas de encinas, tomi¬llos, chaparros y matorral me¬diterráneo y con manantiales de propiedades curativas co¬mo el de la aldea de Baños de Vilo. Situada a 2,5 kilómetros de Periana, las aguas de este manantial, que brotan durante todo el año a una temperatu¬ra constante de 21 grados, formaron parte de un antiguo balneario de época árabe. Aún hoy se puede tomar un baño en una de las pozas que for-maban parte de las pretéritas termas.
Pero para conocer en profun¬didad la comarca de la Axar¬quía, sus pueblos, sus playas y su patrimonio cultural y gastronómico, Las Monjas propone cinco itinerarios que discurren por los distintos municipios, como son la ruta mudéjar, la del sol y el agua¬cate, la del sol y el vino, la del aceite y de los montes, y la ruta de la pasa. Además, este alojamiento, al encontrarse en una zona de media montaña rodeado por el Parque Natural de la Sierra de Tejeda, Alha¬ma y Almijara, el Arco Calizo Central y el Parque Natural de los Montes de Málaga, brinda al viajero la posibilidad de embarcarse en actividades de turismo activo, como son el senderismo, la escalada, las rutas en quad, la espeleología, el descenso de barrancos, las rutas a caballo o el piragüis¬mo y el kayak en el cercano embalse de La Viñuela. Todo ello organizado por la empre¬sa Guías del Sur.
De hecho, el Cortijo Las Monjas se ha convertido en un centro de aventuras y acti¬vidades en la naturaleza de la Axarquía. Así plantea, desde comienzos de septiembre, el programa de senderismo An-daXarquía, que muestra cada domingo una nueva ruta de la comarca. Desde una filosofía conservacionista y de respeto por el medio ambiente, estos recorridos tienen una dificul¬tad física y técnica baja y son accesibles para la mayoría de los senderistas. Entre los pri¬meros de la temporada figu-ran la subida al Pico de Vilo, la ruta Alto del Fraile y la del Tajo del Gomer.
Junto a ello, y en aras de promocionar las tradiciones y la cultura, el Cortijo ce¬lebra en su era actividades como la noche de las can¬delas o la fiesta flamenca y, recientemente, ha firmado un acuerdo con una empresa de catering para celebrar bodas, bautizos, comuniones, comi¬das de empresa y toda clase de eventos que deseen cele¬brarse en este rincón de la naturaleza andaluza.
INFORMACIÓN Y RESERVAS
Ctra. Riogordo – Alfarnatejo MA-4102 Km. 7.1 MÁLAGA
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