En el excepcional marco del Restaurante Abades, expertos del sector agrario acudieron a la convocatoria de Andalucía Económica para debatir sobre la situación actual del campo andaluz, sus desafíos y la importancia de la innovación para diferenciarnos, dar respuestas a las cambiantes demandas de los consumidores y ganar músculo en competitividad.

Intervino en primer lugar María Jesús Catalá, directora de CaixaBank en Andalucía Occidental y Extremadura, quien alabó el “altísimo” nivel de innovación aplicada, de tecnología y de digitalización que presenta la mayoría de las empresas del sector agrario. También se refirió a Agrobank, la línea de negocio de CaixaBank para el sector agrario y agroalimentario, “una apuesta que hizo el banco hace seis años y que fue un gran acierto porque no es solo una marca sino un equipo de personas formadas y especializadas que hablan el mismo lenguaje que el resto del sector”. Este ámbito aporta mucho a la actividad de CaixaBank, como reconoció Guillermo Martín, director Banca Empresas en Andalucía Occidental y Extremadura y también presente en la jornada.

Antonio de León es director de Agrobank en Andalucía Occidental y Extremadura y constató que esta línea de negocio es “una propuesta de valor que va a adaptarse a la innovación, digitalización, nuevas tendencias y nuevos cultivos. Agrobank tiene que hablar el mismo idioma que el agricultor, saber cuáles son sus necesidades para poder desarrollar una propuesta de valor más concreta que ayude a nuestros clientes a acometer inversiones e innovaciones en el campo. Somos conscientes de que el sector agrario se esta enfrentando a unos retos muy complicados: Es responsable de alimentar a millones de habitantes y tiene que producir con una serie de hándicaps en el marco de la reforma de la PAC. La estrategia ‘de la granja a la mesa está limitando mucho al sector, tenemos que llegar a un porcentaje de agricultura ecológica que es inviable por mucho que queramos. Sabemos que el futuro esta en la inversión y en la innovación, en nuevas tecnologías y en nuevos cultivos y desde Agrobank creemos que podemos ayudar con propuestas de valor firmes y serias y eficientes”.

Un importante agente del agro andaluz es AGQ Labs & Tech, centro tecnológico, químico y biotecnológicocon 28 años de historia y presencia en 25 países. “Estamos en el centro de todas vuestras visiones, innovaciones, intentando colaborar en lo que tiene que ver para la calidad de la producción, la salubridad, y la sostenibilidad”, indicó su presidente, Estanislao Martínez. Incidió en el tema de la sostenibilidad, puntualizando que “el marco regulatorio no está establecido, pero nos van a obligar a que seamos sostenibles. Debemos demostrar que producimos con el agua justa y necesaria y que aportamos a la planta justo lo que en cada momento necesita sin que sobre nada. Todo se tiene que hacer de manera eficiente y sostenible, desde el punto de vista no solo ambiental sino económico, y lo que tenemos que hacer es innovar y desarrollar tecnologías que nos permitan ser mucho más eficientes hacia dentro y ser mucho mejores hacia fuera”.

Intervino a continuación Carlos Estévez, socio de la consultoría agrícola Crops. Él habló de las distintas etapas por las que ha pasado el campo:“En el año 2008, en la crisis del ladrillo, el riego era algo que los agricultores no querían porque tenian que pagar por el agua. Ahora es lo más buscado y tiene una hiperinflación, los terrenos de regadío se han encarecido. Por eso son fundamentales las nuevas tecnologías de ahorro en el agua y consumo eficiente, cuando además somos un sector denostado por el elevado consumo de agua”.
También señaló que, en su opinión, el campo necesita una reindustrialización, apostar por cultivos en boga, como los aguacates, los frutos secos o el aceite de oliva.

Eurosemillas, empresa cordobesa con más de 50 años de historia, estuvo representada por su gerente, Manuel Cano. “Hoy nos centramos mucho en el desarrollo de innovaciones vegetales aunque estamos muy diversificados en distintas líneas de negocio. la parte agroindustrial con el tema del algodón y aceite de girasol con cultivos muy distintos como las berries o aguacates. Hace mucho tiempo creímos en un modelo de negocio que era la innovación vegetal, la tecnología aplicada al campo, en este caso en el tema varietal, que es donde se empiezan las cosas. Y seguimos desarrollando distintos acuerdos de colaboración en investigación y acuerdos comerciales para llevarlo lo más rápido posible al campo”.
Un ejemplo en este sentido es el proyecto que desarrollan junto a la Universidad de California, ‘Green Motion’, que pretende registrar a medio plazo cuatro nuevas variedades de aguagates.

Manuel Cano también puso sobre la mesa la necesidad de que todos los actores vayan de la mano para propiciar el desarrollo del sector. “La industria como tal, o se integra con el productor o lo va a pasar mal –comentó–. Hoy en día el agricultor tiene la misma información que un industrial; conoce los mercados, los idiomas, las herramientas… O se produce una integración entre los dos a través de distintos modelos de negocio o pienso que la industria lo va a pasar mal”.

El siguiente en intervenir fue Pascal Boutín, director general de Grupo SAT Royal, una empresa muy innovadora en desarrollo de variedades y en su adaptación a los distintos mercados. Opina que el sector debe dirigir la producción en función de lo que el consumidor demanda. “La tecnología y la innovación nos puede ayudar mucho a entender lo que quiere el consumidor y podemos anular a todos los intermediarios en la cadena de valor que no aportan valor”.

Habló a continuación Cristobal Picón, presidente de SAT Costa de Huelva, cooperativa que suma cuatro décadas y que además de berries, su especialidad, trabaja cultivos de secano. Picón puso el foco en la tecnología, porque “una agricultura sin tecnología no es agricultura. Ya el riego se realiza a través del móvil, por satélite y sensores con inteligencia artificial, ni el agricultor decide. Los agricultores que van por delante tanto en tema varietal como de tecnología van por delante de los otros”, aseguró.

Costa de Huelva agrupa a unas 80 familias de agricultores que cultivan una media de 5-6 hectáreas de berries, cultivos intensivos que precisan de una inversión importante. “Tenía claro que teníamos que hacer economía de escala porque de forma individual es muy difícil ser competitivos. En 2016 compramos una finca de casi 900 hectáreas de las que más de 600 era regadío y a los agricultores les dimos parcelas, pero tenemos una balsa de riego y una filtradora en común. En este tiempo hemos duplicado la superficie desde las 600 a las más de 1.300 hectáreas. De esta forma, podemos ahorrar en energía, en agua, en maquinaria, logística y carburante”.

Rafael Carmona, director comercial de Finca Las Lomas, destacó la sostenibilidad y la innovación de este proyecto que suma más de cinco décadas. “Hemos avanzado mucho, dando servicio a empresas de la comarca con los mejores sistemas de riego; hemos sido pioneros en sistemas de drenaje trabajando con holandeses; aunque en algodón seguimos trabajando con una de las pocas desmotadoras que siguen activas, este año con un sistema de filtro para partículas totalmente nuevo dentro del sector”.

Asegura que el éxito de Las Lomas es gracias al trabajo en equipo e hizo hincapié en que están alineados con los ODS y sus resultados en este sentido están delante de lo que están marcando las administraciones. “Estamos reduciendo los postcosechas –tratamientos que damos a productos finales para alargar la vida útil– al mínimo poque somos profesionales, consumidores y entendemos cuál es nuestra misión. Nos preocupa el tema del agua, de hecho en aguacate estamos un 30-35% por debajo de consumos estándares”.

Carmona se refirió a la necesidad latente en el sector de contar con profesionales con conocimientos en tecnologías. Las Lomas contribuye en este sentido con un proyecto de formación que realiza con dos institutos de la zona. Asimismo, dentro de la finca hay un colegio que cubre hasta la ESO y colaboran con los alumnos desarrollando actividades de robótica y nuevas tecnologías. “El 90% de los trabajadores de la finca han estudiado en este colegio. Sembrar sí que da frutos”, confirmó.

También participó en la mesa de redacción Borja Murube, director de Nueces de Calonge, proyecto especializado en la plantación, cultivo y recolección de nueces de agricultura sostenible. Explicó que “hacemos un cultivo extraño en la agricultura tradicional andaluza, muy residual, pero queríamos hacer algo que no fuera perecedero, que se adaptara bien a las condiciones agronómicas que tenemos en cuanto a agua, temperatura, luminosidad y calidad del suelo”. Además, como matizó Borja Murube, las nueces aportan valor desde el punto de vista del cosumo y del envejecimiento de la población, son como una medicina natural.

Comentó por ejemplo que utilizan el exceso de presión en las tuberías del agua para generar energía eléctrica y suprimir los motores diésel a la hora de la fertirrigación, algo que valoran mucho clientes europeos.

El responsable del proyecto aseguró que utilizan técnicas innovadoras pero depositando gran parte de responsabilidad en el equipo. “Tenemos que tener cuidado con tanta innovación y no quitarle valor a la importancia de un buen técnico, de un buen equipo, que se preocupe de lo que está pasando en el campo, sobre todo en una gran plantación”.

Murube reconoció que les está afectando el clima cálido y seco, además de la subida de costes de fitosanitarios y la falta de suministro y que su prioridad es mejorar la calidad de los insumos. “Queremos seguir creciendo y aumentar la producción con nuevas variedades en las que no existe ni oferta ni demanda, a ver si una cosa lleva a la otra”, concluyó.

Cerró el turno de intervenciones Enrique Colilles, CEO de Trops, que produce el 50% del mango español y más del 40% de los aguacates. Este profesional puso en valor la figura del agricultor, “que es sostenible porque sus fincas son su medio de vida, no porque lo diga la PAC.” En opinión habría que aprovechar más el agua y los recursos que tenemos y no tirar tanta agua al mar. “Seguimos haciendo depuradoras en nivel secundario para tirar el agua al mar y no lo hacemos terciario para aprovecharla. Una desaladora es ciencia ficción, pero que las aguas regenaradas no las utilicemos es de juzgado de guardia”.

Colilles hizo hincapié en la importancia de la comunicación y el marketing. “Nuestro sector ha provisto de alimentos a la población durante la pandemia, sin embargo no se ha hablado de nosotros y sí del papel de los supermercados. Algunos han hecho una campaña de comunicación muy buena y parece que gracias a ellos la población se alimentaba. No nos hacemos valer”.

En opinión del CEO de Trops, el campo andaluz está muy adelantado en tecnología pero hay que desarrollarla en el ámbito del marketing, porque “tenemos que hacer marca. Damos seguridad alimentaria, somos sostenibles, pero no lo comunicamos, no nos vendemos”.

Debate
Cogió el guante Estanislao Martínez (AGQ Labs), quien constató la importancia de la comunicación para poner en valor todo lo que se hace en el campo. “No se trata de ser buenos, sino tambien de parecerlo. Habló del papel que juega la química en nuestras vidas en general (nanotecnología, semiconductores, baterías Tesla) y en el campo en particular: “A pesar de todo el esfuerzo que hagamos por producir ecológico, una planta tienen nutrición mineral, lo que significa que se alimenta exclusivamente de elementos químicos en las formas químicas adecuadas que están disueltos en la solución de suelo. La agricultura ecológica es respetuosa al máximo con todo lo que es agente externo, como los fungicidas y pesticidas, pero tenemos que aportar nutrientes a la planta para que ésta produzca frutos. Es importante desmitificar que lo químico es malo”.

Martínez defendió el papel de la innovación y la tecnología, que AGQ emplea para desarrollar nuevas herramientas de gestión que les permiten diferenciarse, tomar decisiones de forma más agil y ahorrar costes.

Habló también de la importancia de la rentabilidad o expectativa de rentabilidad duradera,“que será mayor cuanto mayor sea la demanda o el incremento de demanda y más restricciones tenga la oferta. Porque el día que la oferta toque la demanda ya se encarga el sector de la distribución de seguir con los mismos precios al consumidor pero limitando los precios a los productores”.

Antonio de León expuso si la aplicación práctica de la estrategia ‘de la naranja a la mesa’ pudiera ser un freno a la producción y afectar a la competencia por el hecho de que entren productos de fuera de la UE que no tengan que cumplir tantas exigencias.

Según el CEO de AGQ Labs, “lo que no podemos permitir a nivel sectorial es que se pongan en el marco regulatorio cosas que no tienen sentido o sean imposibles de cumplir”, y se refirió al uso del agua y de determinados pesticidas. En su opinión, los marcos regulatorios tenderán a unificarse.

En el debate también se habló de la ley que va a prohibir el envase de plástico en fruta y verdura. Enrique Colilles se mostró en contra de legislar así y de las corrientes de opinión sin base científica que están demonizando al plástico. “El problema del plástico no es el material en sí sino el mal uso que le estamos dando”.

Otra cuestión que puso sobre la mesa Manuel Cano es que se valora mucho la sostenibilidad y reducir la huella de carbono, promoviendo el consumo de productos locales, “pero no hay que olvidar que todos somos exportadores. No hay que confundir sostenibilidad con contaminación. El día que a nuestros importadores les cale ese mensaje de huella de carbono cero y que el transporte es contaminantes vamos a exportar poco”. Según Colilles “somos talibanes de nuestro propio sector”, porque todo lo que importamos tiene huella de carbono. “En Europa nos pasamos de la raya con la legislación medioambiental”.

Igualmente, en Europa hay una corriente contraria a los transgénicos, que en opinión de los asistentes no son malos, se trata de mezclar componentes y/o especie para obtener variedades mas fuertes y resistentes y de mejor sabor. “Es algo que siempre se ha hecho manual y ahora se hace en un laboratorio. Aquí no los cultivamos pero los traemos de fuera y los comemos”, aseguraron.

Los asistentes también comentaron que el sector está innovando tanto en maquinaria como en nuevas variedades, aunque no consideran viable que se estén acortando los plazos para obtener resultados en este sentido.

Estanislao Martínez destacó el impulso que la tecnificación está confiriendo al campo. “La agricultura española y andaluza están haciendo las cosas bien, optimizan el uso de los recursos escasos para ser más sostenibles y eficientes. Puedo constatar que se están estableciendo mecanismos de control de aquello que es escaso para no contaminar y para consumir menos agua. Hay que sacar pecho cuando se hacen las cosas bien”.
Un ejemplo en este sentido es el proyecto que está desarrollando SAT Costa de Huelva enfocado a la rentabilidad del cultivo y la sostenibilidad. “Hemos hecho un proyecto analizando la planta, su savia, el sustrato del suelo, los datos medioambientales y hemos visto que en berries y aguacates no es necesario utilizar fertilizantes en muchas épocas del año. Llevamos dos años con este programa y en este tiempo hemos reducido hasta el 50% la aportación de nitratos. Esto nos permite ahorro económico y obtener frutos de mayor calidad”.

Otro tema que salió a cola colación fue el de la predicción de cultivos, muy importante en frambuesa y en fresa. Gracias la inteligencia artificial se pueden prevenir enfermedades y plagas, prever cosechas y precios de venta. Pascal cito a empresas como Hispatec y ec2ce, que tienen herramientas muy interesantes y competitivas.

Por último, algunos de los asistentes comentaron que las ayudas de las administraciones deberían estar enfocadas a apoyar la creación de valor y no, como ahora, al gasto, porque de esta forma es improductivo. Se habló de la PAC, que además de un componente económico tiene el componente social de fijar la población al territorio.