El complejo minero metalúrgico de Cobre Las Cruces, ubicado en los términos municipales de Gerena, Guillena y Salteras, Sevilla, ha alcanzado un nuevo hito en su trayectoria: la voladura número 1.000. Los trabajadores de la empresa se congregaron en el mirador de la corta minera para asistir al disparo de la voladura, localizada en la cuarta fase de las seis contempladas en la planificación de la operación minera.
Voladura 1.000 CLC ©ibermejo-55
Han transcurrido casi 8 años desde que el 12 de septiembre de 2007 se escuchó la primera detonación, casi un año después del comienzo de la excavación en la corta, que hasta entonces se había realizado con maquinaria, hasta llegar a los 45 metros de profundidad. La voladura número 1.000 se realizó a -125 metros, si bien en la actualidad se trabaja en algunas zonas del yacimiento a la cota de -190 metros, siendo este el punto más bajo de la península ibérica a cielo abierto en relación al nivel del mar.
Los datos asociados a las 1.000 voladuras realizadas dan una idea de la dimensión e importancia de este proceso, que es el primero en la cadena de producción de Cobre Las Cruces, que concluye con la elaboración de láminas de cobre (cátodos) con una pureza del 99,999%.
Hasta le fecha se han empleado más de 5,5 millones de kilos de explosivo. Para introducir las cargas se han perforado más de 500.000 metros -aproximadamente la distancia entre Sevilla y Madrid- y se han retacado 80.000 barrenos. Como consecuencia de las voladuras se han movido 22 millones de metros cúbicos de material, de los que solo el 11%, 2,5 millones de metros cúbicos, corresponde a mineral, siendo el resto margas o estériles. Para retirar el material de una voladura estándar de mineral son necesarios 370 camiones. Si la voladura es en la zona de margas, el número de camiones se multiplica por tres.
Cobre Las Cruces (CLC) opera una mina a cielo abierto y una planta de elaboración de cobre que constituye la principal innovación de la compañía, al utilizar tecnología hidrometalúrgica para la obtención de cobre refinado a partir del mineral extraído. Conviven, por tanto, en un recinto de 960 hectáreas, la actividad minera y la industrial, lo que diferencia a la empresa de la mayoría de las minas del mundo y aporta un extraordinario valor añadido al entorno, ya que el ciclo productivo completo se realiza in situ.
La actividad minera de CLC –iniciada en 2006- se centra en el aprovechamiento de un yacimiento de 17 millones de toneladas de mineral del que se espera obtener alrededor de un millón de toneladas de cobre refinado a lo largo de los 15 años de vida estimada de la mina.
En Cobre Las Cruces trabajan alrededor de 800 personas, entre la plantilla propia de la empresa y el personal de las contratas que diariamente prestan servicio en las instalaciones de la compañía.