Hay personas inquietas que no se jubilarán nunca –y ni falta que hace– y este es el caso de Richard Golding (Londres, 1949), empresario y directivo de origen inglés que ha pasado gran parte de su vida en España. Golding llegó a nuestro país en los sesenta para trabajar como director de Marketing de Schweppes y alumbró aquel famoso eslogan de ‘Aprende a amar la tónica’ que le valió reconocimiento y fortuna. Después fue CEO de RJR Nabisco, Dorna y Parques Reunidos, entre otras empresas. Hacia 2008, su esposa Francesca y él buscaban un sitio donde jubilarse e instalar sus caballos de pura raza con los que su mujer y Natalia (hija de Richard y Francesca), grandes amazonas, han competido en Olimpiadas y concursos hípicos internacionales. Y se decantaron por las tierras gaditanas de Arcos de la Frontera, donde Richard no tardó en idear un nuevo y nada sencillo proyecto: Construir de la nada una bodega de vinos tintos. En Cádiz. Ahí es nada y ahí nace Tesalia. Hoy conocida como ‘la joya del sur’. Sus artífices, Richard Golding y su hija Natalia, formada en Enología y Viticultura.

No había nada plantado, así que se rodearon del mejor equipo experto vitivinícola formado por el prestigioso enólogo Ignacio de Miguel, el Master of Wine holandés Cees Van Casteren y el experto en viticultura José Ramón Lissarrague, profesor en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid, y realizaron muchos estudios para ver si era viable producir vino tinto en estos terrenos. Finalmente, en 2010, plantaron 10 hectáreas y, posteriormente, otras 2,5 más. Se trata de una finca pequeña –no extensiva–, por lo que el posicionamiento de la bodega era claro, pequeñas cantidades para buscar un posicionamiento de calidad. Los viñedos de Tesalia –que miman con esmero– no están a ras de suelo, sino elevados para evitar el calor de la tierra en las uvas. Asimismo, cuidan que las ramas de las vides cubran los frutos creando sombras naturales que de nuevo los protejan del sol, evitando así que se pasifiquen. Cinco años más tarde, en 2015, ve la luz la primera añada de Tesalia, fueron solo 6.000 botellas, pero ahí se cumplía un sueño.

Como reza el refrán, ‘quien siembra, recoge’ y el viñedo se hizo más productivo de manera que tras Tesalia, crearon una segunda referencia, ARX, y, en último lugar, ha llegado el benjamín de la casa –por el momento–, Iceni. Tres caldos para todos los públicos –30€, 18€ y 11€, respectivamente–. Estos vinos modernos, cosmopolitas y de gran calidad, no responden a una composición varietal concreta sino a un estilo, por lo que cada añada se elabora con las uvas de mayor concentración frutal de los viñedos que la bodega posee en la sierra gaditana de Grazalema, con la tendencia de minimizar el tiempo en barrica en pro de conseguir la máxima expresión del terroir –término francés que hace referencia a la tierra donde crece el vino, también conocido como terruño–.

El diseño de todas las botellas y de sus etiquetas es obra de Valentín Iglesias y refleja las referencias a la mitología y al universo equino, siendo además un guiño a la gran pasión de los propietarios. Así, el nombre de Tesalia hace referencia a las montañas donde vivían los centauros que guardaban el vino en las cuevas y cuando bebían, el vino les hacía enloquecer. Los iceni fueron una tribu britana que habitó Gran Bretaña entre los siglos I a.C. y el I d.C. Eran conocidos como ‘la gente del caballo’ y cuando comenzaron a acuñar moneda hacia el año 10 a.C., crearon una versión propia de la de los galos en la que el noble animal aparecía en el reverso; esa imagen está representada en la cápsula de la botella. El centauro, logotipo de los vinos de Bodega Tesalia, también está presente en la etiqueta.

Los vinos de la bodega se distribuyen en un 90% al sector de la restauración, tanto en España como en los otros 14 países donde están presentes. Según indican, están iniciando su carrera internacional, no es vano, empezaron a vender en 2018. El objetivo es alcanzar en cinco años un 50% de las ventas en el extranjero. En el último año, comercializaron un total de 70.000 botellas, siendo la capacidad máxima de producción actual de 125.000 botellas. Por lo que hay camino que recorrer y, probablemente, nuevos proyectos o referencias por crear.

De momento, se están preparando para abrir la bodega a la realización de catas u otro tipo de eventos a finales del verano. La finca y la cava bien merecen ser visitadas y disfrutadas. Mientras tanto, Richard ‘Gording’, como así escribieron sus nuevos vecinos en una placa con la que le distinguieron y que él se negó a modificar, continúa con su sueño vinícola y diferente mientras disfruta como un gaditano más de la cordialidad y cercanía de sus paisanos.

Iceni 2019
«Iceni es un vino que busca trasladar la máxima expresión del viñedo a la copa a través de la mínima intervención del hombre y de la madera», afirma Ignacio de Miguel. Para su elaboración se seleccionan las parcelas con los racimos más frescos y frutales de la añada; en la primera, la 2019, se han escogido las variedades Tintilla de Rota (50%) y Syrah (50%), aunque en futuras se podrá incluir cualquiera de las cuatro variedades que se cultivan en la bodega (Petit Verdot y Cabernet Sauvignon, además de las ya mencionadas). Las parcelas de las que procede Iceni se vendimian las primeras y se fermentan a menor temperatura; después, el vino se somete a un breve paso por barricas de roble francés (entre cinco y siete meses) que le aporta la complejidad justa sin enmascarar la identidad de terroir, dando como resultado un vino muy frutal, fresco, amable y expresivo.

Iceni 2019 presenta un color rojo cereza con ribetes amoratados y capa media. Su aroma es intenso a fruta fresca y flores blancas y con el movimiento se atisban ligeras notas de cedro y pan tostado. En boca es sabroso, fresco, rico y con abundante fruta roja y su paso, suave y elegante, deja un grato recuerdo. Es un vino muy versátil, ya que puede acompañar cualquier comida de principio a fin o tomarse para chatear gracias a su excelente relación calidad-precio y «pese a su juventud, aguanta perfectamente hasta tres o cuatro años», explica Ignacio de Miguel.

Bodega Tesalia
Dirección: Carretera de la Perdiz a las Abiertas – CA6106 km 3,5. Arcos de la Frontera, Cádiz.
Web: www.bodegatesalia.com