En el bienio 2017-2018 la economía andaluza seguirá creciendo por encima de su media desde 1981, completando cinco años con un crecimiento medio cercano al 2,5%. Sin embargo, algunos factores como los atentados terroristas de agosto en Cataluña, la situación política en esa misma comunidad y el previsible retraso en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2018 introducen un sesgo negativo adicional de incertidumbre que puede afectar al crecimiento regional.
Foto 2 Research Andalucía
Andalucía aceleró su avance en 2017. En concreto, durante los tres primeros trimestres del año se estima que el PIB andaluz podría haber aumentado en el entorno del 1% trimestral, por encima tanto del promedio nacional como del observado en el segundo semestre de 2016.
Este crecimiento se basó en un aumento en el consumo privado, impulsado por la mejora de la confianza, la reducción de los tipos de interés y el aumento de las nuevas operaciones de crédito. Además, las reformas implementadas en años anteriores y la reducción de los desequilibrios acumulados por el sector privado antes de la crisis favorecieron el crecimiento de la inversión. Por otro lado, las exportaciones de bienes repuntaron y el sector turístico sigue presentando perspectivas favorables.
Andalucía creará 206.000 nuevos empleos entre 2017 y 2018
Se espera que le región alcance un crecimiento del 3,2% en 2017 y 2,5% en 2018. La inercia positiva reciente de la actividad y empleo, así como las expectativas favorables para el consumo y la inversión residencial son algunos de los factores que lo explican. A ello se suma un entorno internacional que seguirá impulsando la demanda de productos andaluces y una política monetaria expansiva. Además, continúa incrementándose la productividad en sectores clave para la región, como el comercio, el transporte, la hostelería y las manufacturas, pero también en otros servicios como las actividades profesionales, lo que supone un elemento de soporte para el crecimiento regional futuro.
Las previsiones de crecimiento del PIB explican la evolución esperada del mercado laboral en la región para el bienio 2017- 2018, con la creación 206.000 empleos. Ello supone que en Andalucía podría crear el 20% del empleo nacional, lo que le permitiría la reducción de la tasa de paro hasta el 23,2% a finales de 2018. Sin embargo, la recuperación no se está produciendo por igual en todas las áreas de la región, siendo el sur de la comunidad más dinámico, beneficiado por el buen comportamiento del turismo extranjero.
La región recuperará prácticamente su nivel absoluto y per cápita del PIB precrisis en 2018 y el crecimiento de la productividad media en los diversos sectores supone un soporte para mantener esa tendencia en el medio plazo. En todo caso, aún si se cumplen estas previsiones, la tasa de desempleo se situará a finales del año siguiente unos 9 puntos porcentuales por encima de su nivel a comienzos de 2008.
Así, la necesidad de continuar reduciendo los desequilibrios que aún conserva la economía andaluza obliga a la consideración de nuevas reformas que ayuden a elevar el crecimiento de la productividad, mientras se mantiene el crecimiento del empleo y se consolida el desapalancamiento frente al resto del mundo. Serán de especial interés medidas encaminadas a mejorar el mercado laboral y a continuar aumentando la productividad, donde la adaptación de la sociedad digital y la competitividad regional juegan un papel fundamental.
Crecimiento positivo y estable
Los resultados de la encuesta BBVA de Actividad Económica en Andalucía correspondientes al 3T17 son consistentes con una economía que continúa creciendo, aunque con expectativas menos positivas de cara al próximo trimestre. Según la encuesta, las señales más positivas sobre el crecimiento de la economía andaluza se encuentran en los sectores de servicios, construcción y turismo.
El informe de BBVA Research ofrece también un análisis de la evolución de los gastos e ingresos públicos entre 2003 y 2016 de las comunidades autónomas, que permite determinar el patrón seguido por Andalucía y compararlo con el del conjunto de comunidades. Así, se observa que la comunidad andaluza presenta un perfil de ingresos y gastos muy similar al promedio, aunque ligeramente por debajo de este en la parte final del periodo. Además, presenta un nivel de inversión significativamente superior al promedio durante la primera parte del período y un gasto en intereses claramente por debajo de la media tras el comienzo de la crisis.